jueves, 12 de noviembre de 2009

Con el grito del sol en los ojos

empiezo mi jornada de angustia

despejo la mente en mi mesa

despliego el mapa de recuerdo

y voy arrugando

-centímetro a centímetro-

tu voz

tu sonrisa

un cabello

cada doblez es un grito opaco

que se pierde al producirlo

Coloco un platillo de asfixias

allá en el patio

tal vez las palomas las digieran…

o los gusanos

al volver y al llevarlo supongo

caen migajas de ti

supongo porque no me fijo

pero de pronto en un cajón

en la ropa

o en el mercado

encuentro trocitos tuyos

que sacudo o soplo

Si te escondes dentro

te acomodas

pierdo sangre

y aparece una muerte recién nacida

que no sé si vaya a quedarse.



Zac, noviembre 2009

4 comentarios:

Anónimo dijo...

`Me gusta, Paco... me imagino a un hombre mayor, me imagino a mi abuela limpiando trastos que ya no tenían nada qué limpiar... no me explico, ya sé, pero no se trata de explicarme.

Es muy grato ver que sigues subiendo textos.

Emilia Eloísa.

Mel dijo...

Te has deshecho en este poema, o al menos una parte de ti, de tus recuerdos.

Es un poema muy visual, como casi todos tus poemas. Eso se agradece.
las palmas son para: "parece una muerte recién nacida" :D

Pero también sacúdela o soplala, para que de una vez, no quede nada.

Bezo.

Mel dijo...

Creo que era sóplale, jeje. ups.

Anónimo dijo...

no dejes que esa muerte recien nacida se quede, ahora que ya estas despertando..

saludos

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