Con el grito del sol en los ojos
empiezo mi jornada de angustia
despejo la mente en mi mesa
despliego el mapa de recuerdo
y voy arrugando
-centímetro a centímetro-
tu voz
tu sonrisa
un cabello
cada doblez es un grito opaco
que se pierde al producirlo
Coloco un platillo de asfixias
allá en el patio
tal vez las palomas las digieran…
o los gusanos
al volver y al llevarlo supongo
caen migajas de ti
supongo porque no me fijo
pero de pronto en un cajón
en la ropa
o en el mercado
encuentro trocitos tuyos
que sacudo o soplo
Si te escondes dentro
te acomodas
pierdo sangre
y aparece una muerte recién nacida
que no sé si vaya a quedarse.
Zac, noviembre 2009
4 comentarios:
`Me gusta, Paco... me imagino a un hombre mayor, me imagino a mi abuela limpiando trastos que ya no tenían nada qué limpiar... no me explico, ya sé, pero no se trata de explicarme.
Es muy grato ver que sigues subiendo textos.
Emilia Eloísa.
Te has deshecho en este poema, o al menos una parte de ti, de tus recuerdos.
Es un poema muy visual, como casi todos tus poemas. Eso se agradece.
las palmas son para: "parece una muerte recién nacida" :D
Pero también sacúdela o soplala, para que de una vez, no quede nada.
Bezo.
Creo que era sóplale, jeje. ups.
no dejes que esa muerte recien nacida se quede, ahora que ya estas despertando..
saludos
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