a veces quisiera que al menos tu sombra me tocara
que saliéramos de nuestras madrigueras.
me estoy llenando de historias para no contar
de nietos que no tendré
de inviernos que…
las paredes se cargan de ojos furtivos
de repercusiones de besos
ellas, las que captaron los labios
unidos brevísimamente
sin siquiera alcanzar a cerrar el pacto
dejando ensueños
clavando deseos que no.
busco, busco en los rincones
y en ocasiones te encuentro
y me entran unas ganas de tapiar la esquina
para que no escape ni un aliento
sellar nuestras bocas
para que nada nos suelte
que haya un campo electromagnético
donde se mate quien trate de interponerse
pero me engaño:
las espaldas tienen sus imanes
los que no saben no sufren
la ceguera no tiene conciencia
en cambio, yo estoy al tanto de todo
y tú, que merodeas mi cuerpo en la tiniebla
que atraviesas mi piel brumosa
en cualquier momento
y sin que nadie más que yo se entere
puedes arrepentirte
regalándome tus ojos de tierra
dándome deliberadamente tu espalda
para que yo acaricie las cenizas.
4 comentarios:
qué agradable sorpresa ver que has vuelto a publicar, Paco...
Emilia Eloísa.
me encanto. algo triste, pero la mayoria de los poemas son asi, aunque este tiene un toque especial. escribes muy genial!
// sin perder la costumbre //
todavia perdido en ese mal sueño? //
Todavía :S
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