Este texto ya tiene unos meses de nacido, algunos ya lo habrán leído:
Te he dicho un millón de veces que mientras tengamos pantalones cualquier servilleta sale sobrando
Garabateamos nombres, situaciones, ciudades
Desprotegidos vamos, metiendo las manos en los bolsillos, buscando recuerdos en la maraña de olvidos
Escupimos en la tierra, en el mar, en la arena, lo que tocamos se torna barro
Y moldeamos figuras grotescas, como tú, como yo
Todas mis palabras no son más que salitre marcando la aurora y el crepúsculo de mis discursos
Que no dicen nada, que no dicen
Nada es lo que te quedará de mí, cuando llegue a la ciudad el circo de mi vida
Acompañado del carnaval de mi muerte
Si recuperaras cada abrazo, cada cielo, cada vestigio de sed de ti
Si te rascaras la cabeza, porque las uñas son tus musas
Hemos despotricado contra todo y todo nos ha maldecido
Estamos a mano
Andamos a pie
Las huellas que dejamos no representan nada
Los caminos que tomamos ya fueron tragados por otros pasos
Otros ecos, otros ecos
Hicimos un pacto de sangre y saliva en una tarde de abril
En la plaza de armas o frente a la iglesia barroca o en mi cama
La distancia es el borrador de las promesas hechas a lápiz
Firmadas sin testigos
Si me costara perdonar sería pobre
Uno busca la felicidad en la sección amarilla
Vivimos al filo de la risa y el llanto
Hemos agonizado en bares, en ríos, en puentes desérticos
Hemos visto caer el telón de la noche eléctrica
Inundando tus pupilas de estrellas
Nos hemos ahorcado con el cordón umbilical del teléfono o la computadora
Nos hemos desnudado con rayos x
Pataleamos como caballos broncos golpeando a quien quiera darnos un abrazo por la espalda
Tengo más arrugada la frente que mis camisas sin planchar
He perdido el olfato de tanto buscarte
Y no es que no te haya encontrado sino que te saco la vuelta
Los caminos están hastiados de nosotros y se han tomado el día libre
Haremos un picnic de besos
Con caricias te daré una paliza
Nos reiremos en clave Morse
Firmaremos nuestra sentencia de vida
Alguna vez pensamos que no volveríamos a beber de la misma fuente
Y que los tractores se apoderarían de las autopistas
Estábamos equivocados
El amor anda en la cuerda floja, el sexo o la retirada penden del hilo que se ha tragado el Minotauro
Alguna vez dijiste que el Sol perseguía a la Luna para hacerle el amor, como Zeus a Europa pensé yo, como yo a ti
Te he dicho un montón de veces que para qué quieres una sombrilla si tienes paraguas
Pero no escuchas porque siempre tienes los oídos husmeando en cualquier otra voz.
F. J. Ingelberts